domingo, 18 de agosto de 2013

¡Qué gorrrrda que estás! Vení, vení a gastar plata... (parte 1)

Hoy leí un artículo muy interesante y perturbador acerca de la comida orgánica, sus mitos y sus consumidores. Para el que sepa inglés o confíe en el traductor de Google he aquí el enlace: soy un enlace, haceme click
Básicamente explica que no hay aún ningua prueba científica de que realmente la comida orgánica sea mejor que la comida "normal" digamos. Que hoy en día está de moda la vida pseudo-hippie de amor por la Madre Tierra y que si comés una dieta balanceada, hacés ejercicio y tenés un ingreso respetable que te hace llegar cómodamente a fin de mes seguramente vivas más y tengas un cuerpo saludable, más allá de tu consumo o preferencia por la comida orgánica. Que la comida orgánica no te hace mejor en sí, porque todo lo anteriormente dicho de por sí ya te da un mejor estilo de vida.
En resumen, si ganás bien en tu trabajo, te ejercitás y comés balanceado... ¡vivís más y mejor! ¡Pero qué sorpresa! ¿Quién lo hubiese imaginado?
El artículo es muy interesante y para mí fue un alivio leerlo. Esto es porque hace unas 3 semanas aproximadamente comencé una dieta bastante estricta en la que eliminé el azucar, la sal, la harina, las calorías vacías y la comida con mucha grasa. ¿Me felicitan? Ah, bueno, gracias, gracias.... (flacos de mierda), pero... no me digas "¡qué bien!", mejor tirame una moneda, por favor. Porque desde que comencé a consumir productos sin azucar agregada, más "saludables" y con sabor a edulcorante, mi presupuesto en comida se fue a las nubes. Y no me refiero a comerme 10 postrecitos Ser y comprar todo light. Utilizo mucho las verduras, la carne magra y cosas que, si bien no son reducidas en calorías, no chorrean grasa y sal por todos lados. Sin embargo, me encuentro siempre gastando más de lo normal en el super. Porque la mermelada sin azucar agregada, el arroz integral (no el trucho, el de dietéticas) y miles de productos más tienen el precio marcado hasta más del doble que los engordantes.
"Pero, a ver, querida, volvé", me dirás. "¿Por qué fue un alivio leer eso si me estás diciendo que gastás un montón y sentís que comés cartón encartonado todos los días?" 
¡¡¡PORQUE NO ESTOY LOCA!!! ¡¡¡Yo sabía que estaba gastando más!!! ¡¡¡Que no eran paranoiqueadas mías!!!
Así que, en definitiva, estoy aliviadísima. Por mi cabeza, que aparentemente sigue funcionando bien y entiende perfectamente que si uno es gordito o propenso a engordar más le vale tener plata de sobra. ¡Uffff, menos mal!

1 comentario:

  1. Si uno es gordito o propenso a engordar, lo primerísimo que debe tener en cuenta es que "cada cual es como es". La mayoría de nosotros somos "genéticamente" predispuestos a tener unos 5 o 10 kg más que los que deseamos o, dicho de otro modo, unos 5 a 10 kg más de los que nos inculcaron que debemos tener para "ser como se debe".
    Concretamente, nuestra colonización mental nos lleva a hacer dietas que se prolongarán por más de la mitad de nuestra vida porque nuestro físico NO ES como el de "los dueños de las figuras perfectas"

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