domingo, 18 de agosto de 2013

¡Qué gorrrrda que estás! Vení, vení a gastar plata... (parte 2)

Y... ¿Qué le vamos a hacer? La dieta puede que me esté amargando más de lo común y por eso tuve que hacer dos partes.
Los que me conocen espero afirmen que tengo unos kilitos de más, pero que no soy obesa, ni siquiera gorda. Los que no me conocen... bueno, es así. En mi eterna lucha por llevarme bien con el espejo, porque no te voy a andar diciendo como una hipócrita que lo hago por salud sino más bien por estética, estoy a dieta.
Bueno, eso ya lo sabíamos, ¿no? ¿¡¿CUÁL ES TU PROBLEMA AHORA?!? Y... la ropa. Uno de los grandes motivos por los cuales me cocí la boca es que no encuentro ropa. Pantalones, si vamos a ser más específicos. Tengo el típico cuerpo latino con mucha pierna, mucha cadera y culo y poca teta. Pero hablemos en general. NO HAY ROPA.
Cada vez que voy a una tienda que está moderadamente de moda no tengo talles. O tengo talles al estilo xxxxL, que elevan mi autoestima tanto como Violeta eleva el intelecto. Y esto pasa ACÁ, en Argentina. Estoy muy al tanto de que en otros países las penalizaciones por falta de talles existen más allá de los sueños de pocos y que cuando vas a pedir un pantalón la chica que te atiende no te pone cara de: "y... a ver probemos, este es el más grande".
Hay ofertas espectaculares de ropa, en lugares como Flores y Once, pero más te vale ser talle único y que te guste ensalchicarte en modal y lycra. Hace un par de meses fui a comprarme un jean. Había jeans de oferta por 80 pesos. Hermosos... a la moda...  y cuánticos. Cuando por fin entré a un local que tenía talles para mi TERRIBILÍSIMO Y ENORME CULO, eran tiro alto y corte clásico. Y valían 299 pesos. Porque, claro, agregar medio metro de tela y hacerlos horribles cuesta un montónnnn.
 Me compré un pantalón palazzo, de 80 pesos... y del talle más grande que tenían. TALLE 3.
Pero bueno, no te amargues. Mirá, pensalo así, ahora que vas a poder empezar a ahorrar en ropa, te va a alcanzar para comprarte la comida. ¡Iupiiii!

3 comentarios:

  1. Es verdad, si sos bulímica o anoréxica tenés los mejores descuentos y el/la vendedora que te atiende te ve como una persona normal. Ahora un par de kilitos de más y... chau sonáste te miran de reojo y dicen con tierna voz: "lamentablemente no quedan de tu talle". Mentira!, nunca lo tuvieron, al final tenés que caer en lugares donde tenés que pagar hasta cuatro veces más por un poco más de tela. Lo mejor es conseguirse una modista, llevarle la tela y que te haga lo que precisas y no tenés que acortar ni reformar lo que compraste porque no te quedaba otra.
    Abrazo

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  2. El "problema de la ropa" en realidad es un problema de confección. Los talles los han achicado y, el tipo de ropa "moderna" que impusieron es para cuerpos pre-púberes.
    Insisto en lo que te comenté en la entrada anterior, no es un cuerpo que se ajuste a "nuestra raza" mayormente latina.
    No entres en esa que te imponen. Una cosa es "cuidarse saludablemente" y otra muy distinta "torturarse" y ocasionarse daños psicofísicos por "apuntar" a una figura que no es la propia (te lo digo con respeto y porque lo siento así)

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    1. Primero que nada, Hilda, muchas gracias por pasar. En respuesta a tus 2 comentarios, más allá del cuerpo latino que tenemos, la dieta del ser humano en general se ha deformado mucho. Ahora es común tener o luchar con esos 5 o 10 kilos de más porque cosumimos mucha chatarra, alimentos con agregados de sodio y calorías que no solían ser "naturales" en la dieta de un animal. Los leones no engordan, porque comen lo que tienen que comer, y no pasan por un quiosco a comprarse un Jorgito. La sociedad te vuelve loco, te dice que vayas a McDonalds, que seas flaco, que hagas ejercicio, pero que te sientes en la computadora.

      Saludos.

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