viernes, 15 de marzo de 2013

El problema no es no saber la hora, sino nunca preguntarse qué hora es.



Un homenaje

¿Te roban carnavaleando? ¿Pero de qué me estás hablando?

Te estoy hablando de una de mis zambas favoritas, de La Pomeña. Dejo aquí una de las versiones que más me gusta, hay muchísimas y muy bellas. Porque La Pomeña no es sólo un clásico del folklore argentino, es una obra maestra y es una anécdota  preciosa.

Su historia, según folklore-argentino.com.ar, es algo así:


Esta zamba fue compuesta en 1969, como premio a quien venció a Manuel J. Castilla en un contrapunto.
El episodio sucedió unos años antes, cuando el poeta había ido a la localidad de La Poma en época de carnavales para visitar a un primo. Como dice la primera estrofa, la protagonista es Eulogia Tapia, pastora de la localidad de La Poma; o sea que ella es La Pomeña.
Es necesario aclarar, para quienes no conocen las costumbres del noroeste argentino, que el carnaval se festeja con harina y agua. También se estila hacer el contrapunto entre copleros, una especie de payada, o díálogo musical, algo así como un duelo de copleros, donde pierde quien no puede responder con una copla a lo que propone el adversario.
Según Amanda Aramayo, empleada del boliche "La flor del pago", el "Cuchi" Leguizamón no estaba aquella tarde allí, sino solamente Manuel J. Castilla. Luego veremos la versión de la propia Eulogia, relatada en enero de 2006 cuando se presentó en elFestival de Cosquín, que dice precisamente lo contrario.
Doña Amanda relata que Castilla ya estaba en el boliche cuando "en ese momento entró la Eulogia con la caja bajo el brazo y la cara llena de harina. Era joven, tendría 18 o 19 años en esa época y así nomás comenzó el contrapunto, que siguió hasta que Castilla no tuvo más que decir". Había ganado Eulogia. Bajo la mirada impávida del poeta derrotado la joven pomeña salió por la puerta, desató su caballo blanco y rumbeó para el lado de "las casas".
Y esta es la versión de la protagonista:
"Yo he bajado de mi casa al pueblo para cantar. Ahí armaban carpas durante carnaval y se juntaban todos. Yo llegué con mi caballo blanco, como dice la canción. El Cuchi y Castilla estaban también ahí cantando con sus guitarras. Eramos muchos hasta que empezaron los contrapuntos (duelo de coplas entre uno y otro). La gente se fue yendo y yo me quedé sola con ellos dos en un duelo, hasta que les gané con una última copla que decía:"
Esta noche va a llover
agua que manda la luna
mañana han de amanecer
como pato en la laguna
"Ellos me preguntaron qué quería por haber ganado y yo les dije que me hicieran un tema".
Después el Cuchi y Castilla fueron a verla a su casa de adobe en La Poma. "Tuvieron que subir en tractor porque no había camino. Yo estaba con mi padre sembrando, entre la alfalfa, como dice el tema. También estaba el sauce, que está como llorando. Todo eso vieron. Y cuando hablan de «porque te roban Eulogia carnavaleando» era porque me habían robado una chiva. La canción recién la escuché como un año después en la radio. No me lo he creído al principio que hablaba de mí. Después me llenó de emoción."
Eulogia entonces tenía 18 años, pero su vida ahora es la misma. Vive en la actualidad en un puesto de campo, apenas alejada del pueblo de La Poma, en el norte salteño. A pesar de la popularidad de su nombre las cosas no han cambiado mucho para ella. Cada mañana de verano se la puede encontrar con las botas de goma y ordeñando, o mateando con su marido bajo el alero de su casa de adobe.

Pido discupas por mi sentimentalismo, pero lo que daría una por una zamba así.

Sin más, he aquí La Pomeña, por Los Arroyeños:


Una canción completa, por favor.

Hay ciertas cosas en este mundo que me provocan pequeños ataques de ira. O pequeños derrames. O pequeños instintos asesinos. O como quiera uno llamarlos.

En este caso me sucede cuando escucho una buena canción en la radio, algo que no pasa seguido. Los locutores tienen la mala costumbre (y los djs también) de interrumpir las canciones, no dejan que terminen, hablan durante la mejor parte del tema y hasta a veces (que alguien nos ampare) se ponen a cantar.

Supongo que eso era algo útil hace unos años, donde las canciones te las pirateabas de cassette en cassette y no tenías otro acceso a ellas como ahora. Cuando nadie tenía el cassette original, te armabas de santa paciencia y esperabas que pasaran el tema por la radio. La radio, para que no la dejes de escuchar o para obligarte a comprar el original, te las cortaba. Pero yo me la bancaba, porque entendía. Entendía el propósito, o al menos creía habeme inventado uno muy bueno para no calentarme.

Pero... ¿y ahora? ¿Habá quedado como una horrible, horribilísima costumbre? ¿Acaso los locutores se refriegan las manos, se peinan sus bigotes y revolean los ojos de maldad cual villano de los años 20 cada vez que cortan una canción? ¿No les gustará ninguna canción y odian el mundo o cortan también las canciones que les gustan por el solo placer de pensar que hay otra persona en el planeta que la puede estar disfrutando? ¿O será que estoy exagerando? No, no, yo nunca exagero.

Hay una sola radio que he encontrado hoy por hoy que no hace esto. Es una radio de música clásica. Y claro, lo único que nos faltaba, que a dos minutos de terminar terrible sinfonía aparezca un imbéc... digo, un locutor, diciendo: "¡¡¡Y esto fue lo último de Mozart!!! la temperatura es de 13 grados y el clima... JAJAJA ay, que gracioso, si vieran la cara del productor que trajo facturas, a ver qué hay en el Facebook....". No quedaría ni un oyente.

Las demás radios, las de jóvenes y adultos, todas, AM y FM cortan los temas. OJO, no hace falta que las dejen hasta el último segundo si la canción es de esas que no tiene fin y se van desvaneciendo, también podrían hacer enganchados buenos con sus djs, pero no.

Después los artistas van llorando por los rincones por sus Copyrights y yo les digo:

Quizá, mi queridísimo cantante, no me bajaría de internet tus canciones y las de todos tus compañeros si hubiese una radio que me dejara escucharlas de principio a fin, que no se la pasaran hablando todo el día de pelotudeces, que no me bombardee todo el día con el mismo tema y que sus espacios publicitarios de 5 minutos no estuvieran cada 2 canciones INCOMPLETAS.

Y si el cantante levanta una ceja diciéndome: "¿Y qué tengo que ver yo?" Bueno... bastante, pero no más que cada oyente. Por mi parte, hago zapping de radios hasta volver a tener funcional mi mp4.

Adiós, radio. Fue un gusto conocerte.

jueves, 14 de marzo de 2013

Manos que curan

Hace poco, antes de enterarme que Elton venía a Argentina, me maté un día entero tratando de recordar el nombre de esta canción. El nombre, la letra, el ritmo, todo en realidad. No recordaba nada, sólo tenía fragmentos del video (que de niña me encantaba) y Google transpiró para poder finalmente entender que era esto lo que yo quería.
Que buen tema ese que aunque no te acuerdes nada de él, se te queda pegado en una esquina del cerebro hasta que sos lo sufucientemente grande para entenderlo.

¡Este es para vos, Jeraen!

sábado, 2 de marzo de 2013

El canal era Locomotion!!!

Antes, cuando esto de los blogs y las redes sociales no era una obsesión colectiva, algunas cosas podían pasar desapercibidas... o incluso podían olvidarse. Hasta paranoiqueando podríamos decir que nos hacían olvidar.

He aquí un programa, una serie animada para adultos, que sufrió al menos MI olvido por varios años. Una suerte de Family Guy con un humor menos sutil (sí, incluso menos que Family Guy) y mucho más valiente que Los Simpsons. Estoy hablando de Duckman

¿Por qué me olvidé de esta serie? ¿Era yo tan pequeña? ¿O la tele, los medios y la propaganda se esforzaron por esfumarlo de nuestras mentes?

Y algo más perturbador: ¿cuántas otras cosas habré dejado en el olvido?

Click en este enlace si hay 22 minutos de tu vida en donde no te importe una mierda lo que estén pasando ahora en la tele.